Felicia Allen es una mujer de 32 años de edad que es llevada por la policía al servicio de urgencias (SU) después de que, al parecer, tratara de secuestrar un autobús. Como parecía una <<persona perturbada emocionalmente>>, se solicitó una interconsulta a Psiquiatría.
Según el informe de la policía, la Sra. Allen había amenazado al conductor con un cuchillo, había tomado el control del autobús urbano, casi vacío, y lo había estrellado. Se obtuvo un relato más completo de una amiga de la Sra. Allen que estaba en el autobús pero que no había sido arrestada. Según ella, habían subido al autobús para ir a un centro comercial cercano. La Sra. Allen se sintió frustrada cuando el conductor rechazo sus billetes de dólar. Rebusco en el bolso pero, en lugar del importe exacto, saco un cuchillo de cocina que llevaba para protegerse. El conductor salió huyendo, con lo que ella ocupo el asiento vacío y cruzo el autobús en la calle, estrellándolo contra un coche estacionado allí cerca.
En la exploración, la Sra. Allen aparecida como una mujer joven con sobre peso, esposada y con un vendaje en la frente. No paraba quieta y se mecía en la silla atrás y adelante. Parecía hablar entre dientes consigo misma. Al preguntarle que decía, la paciente miro momentáneamente a los ojos del entrevistador y tan solo repitió, <<Lo siento, lo siento>>. No respondió a ninguna otra pregunta.
Se obtuvo más información de un psiquiatra que había acudido al SU poco después del accidente. Este dijo que la Sra.Allen y su amiga residían desde hacía mucho tiempo en el hospital psiquiátrico estatal donde trabajaba. Acababan de empezar a recibir permisos semanales de salida como parte de un intento de reinserción social; ese había sido el primer viaje en autobús de la Sra. Allen sin ir acompañada de un miembro del personal.
Según el psiquiatra, la Sra.Allen había sido diagnosticada de <<esquizofrenia paranoide resistente al tratamiento y de inicio en la infancia>>. Había empezado a oír voces a los 5 años de edad. Corpulenta, fuerte, entrometida y psicótica, había estado hospitalizada casi constantemente desde los 11 años de edad. Sus alucinaciones auditivas consistían normalmente en una voz crítica que comentaba su comportamiento. El pensamiento era concreto, pero podía ejercer la autorreflexión estando relajada. Le motivaba agradar y repetidas veces decía que su mayor objetivo era <<tener mi propio cuatro en mi propia casa con mis amigos>>. El psiquiatra dijo que no acababa de explicarse la razón de que sacara el cuchillo. No había tenido últimamente alucinaciones y se había sentido menos paranoide, aunque se preguntaba si no habría estado más psicótica de lo que había dejado ver. Era posible que simplemente se hubiera sentido impaciente e irritada. El psiquiatra también creía que prácticamente no había tenido nunca ningún periodo de desarrollo normal en la vida, por lo que tenía muy poca experiencia del mundo real.
La Sra. Allen llevaba tomando clozapina desde hacía 1 año y sus alucinaciones auditivas habían respondido bien. Había engordado 16 kg en ese periodo, pero le costaba menos salir de la cama por las mañanas, tenía la esperanza de poder encontrar finalmente un trabajo y vivir con más independencia, y había insistido en seguir tomando la clozapina. El trayecto en autobús hasta el centro comercial pretendía ser un paso en esa dirección.