Como sabemos, cada sujeto tiene un sinnúmero de necesidades, ya sea individuales o colectivas, que requiere satisfacer. Piénsese no solo en los gastos básicos como la comida, vivienda, salud, educación, etc.., sino también en una serie de recursos destinados a satisfacer gastos mas suntuarios pero cada vez mas importantes en el acontecer del hombre (recursos destinado a la entretención, el descanso, vacaciones, entre otras).
Lamentablemente suele ocurrir que las necesidades de carácter múltiple y variable son mayores que los recursos que contamos para satisfacerlas adecuadamente (el ingreso de una familia es siempre menor en relación con el número de necesidades que tiene dicho grupo familiar), por lo que es necesario resolver este problema económico, debiendo adoptarse una decisión fundamental, en relación a la utilización de aquellos recursos limitados.
Para resolver el problema de la escasez los hombres usan la inteligencia, que es la que nos da diversas alternativas y la voluntad, que es la que nos permite elegir, pero lo que le da el carácter de ciencia, es la utilización de una serie de principios y métodos; que mencionaremos a continuación.
El primer Principio es el de la causalidad que puede formularse como: “A todo efecto antecede una causa” o no hay efecto sin causa. Este principio resulta fundamental para determinar si las diferentes situaciones son o no ciencia. Esto se relaciona con el objetivo de la economía que precisamente consiste en buscar las causas de la escasez y del problema económico. Esto conocimientos después permitirán a las personas su aplicación practica y experimentar directamente los beneficios.
En segundo lugar tenemos el Principio de responsabilidad o imputación. Los seres humanos son responsables de sus actos libres. Este principio que se encuentra en las ciencias jurídicas y en otras disciplinas en que se estudia el actuar libre del hombre puede formularse como: El que la hace la paga. Este principio nos da a entender que el derecho económico en una ciencia en la que esta involucrado el hombre en su dimensión libre y por consiguiente resulta imputable. Las cosas o los animales en este sentido solo son objetos de estas ciencias y no sujetos como lo es la persona humana.
Como indica el profesor Carlos Massad para estudiar los aspectos económicos de los problemas se requieren métodos de trabajo con el fin de obtener conclusiones que puedan ser aplicables de manera relativamente general. En este sentido la ciencia económica es una combinación de dos métodos; el método deductivo y el método inductivo.
El Método inductivo es aquel que a partir de la observación de la realidad y mediante un proceso de abstracción, busca arribar a principios o reglas generales, es decir a partir de situaciones particulares busca identificar leyes generales. Sin duda que se pueden encontrar motivos o causas comunes en el actuar del hombre. Pero, a nuestro juicio, no procede simplificar la realidad que es diversa y variada. Existen múltiples motivos que impulsan a actuar al hombre. Ejemplos, desarrollo de la familia, desarrollo de las propias cualidades, hacer el bien a otros, motivos políticos a esas conclusiones se arriba al estudiar los actos singulares.
El Método deductivo, por su parte, es aquel que busca a través de axiomas lógicos o deducciones extraídas de principios generales de razonamiento, se arriban de leyes generales a conclusiones particulares o singulares. Consiste en términos de Hugo Araneda en extraer las consecuencias de un principio mediante una serie de razonamientos. Un ejemplo clásico es el suponer que el hombre es movido por el interés personal como cuando el hombre busca maximizar sus ingresos y minimizar sus costos.
Un economista enfrentado a resolver el problema económico procederá sobre la base de los dos métodos ya señalados. En esta combinación se pueden identificar las siguientes etapas. Así, la primera etapa que se utilizara en este Análisis es la observación de la realidad. Es detener la mirada en algún fenómeno que se encuentre en el ámbito de la vida económica, como por ejemplo, las personas tienen la necesidad de comer.
En segundo lugar este economista realizara la Formulación de hipótesis. A partir de la observación de la realidad y aplicando los métodos, los economistas arriban a hipótesis, por ejemplo, las necesidades son múltiples y los ingresos son escasos, por lo tanto las personas buscan maximizar sus ingresos.
La tercera etapa o fase en este análisis es la Elaboración de leyes y teorías. A partir de hipótesis y en la medida que estas son de mayor generalidad, los científicos económicos elaboran leyes y principios que se ocupan en múltiples ocasiones, por ejemplo, la ley de la oferta y la demanda.
Finalmente este economista se preocupa de Contrastar estas leyes con la realidad. Esta etapa consiste en verificar si estas leyes tan generales son acertadas en todas las múltiples realidades. El economista busca determinar la veracidad concreta de estas leyes, si se cumplen será un gran avance de carácter económico, sino se vuelve al principio para volver a comenzar.
A partir de las etapas ya mencionadas los cientistas económicos pretenden explicar la realidad económica. Ahora bien, el conjunto de etapas, métodos y principios conforman los denominados “Modelos Económicos”. A nuestro entender basándose en el camino antes expuesto los modelos conllevan a una simplificación de la realidad, porque este modelo económico parte de ciertos principios, argumentos o fundamentos que excluyen algunas conductas de la realidad.
Por tal motivo ninguno de estos modelos puede abarcar la totalidad de las realidades de las personas y se deben descartar algunos supuestos, ya que no todos se comportan de igual forma, lo que dice relación directa con la libertad que tiene el hombre para escoger o elegir. La dimensión moral de la economía hace entender que la eficiencia económica y la promoción de un desarrollo solidario de la humanidad son finalidades estrechamente vinculadas, más que separadas o alternativas. La moral, constitutiva de la vida económica, no es ni contraria ni neutral: cuando se inspira en la justicia y la solidaridad, constituye un factor de eficiencia social para la misma economía. Es un deber desarrollar de manera eficiente la actividad de producción de los bienes, de otro modo se desperdician recursos; pero no es aceptable un crecimiento económico obtenido con menoscabo de los seres humanos, de grupos sociales y pueblos enteros, condenados a la indigencia y la exclusión.
La expansión de la riqueza, visible en la disponibilidad de bienes y servicios, y la exigencia moral de una justa difusión de estos últimos deben estimular al hombre y a la sociedad en su conjunto a practicar la virtud esencial de la solidaridad, para combatir con espíritu de justicia y de caridad, dondequiera que existan, las <<estructuras de pecado>> que generan y mantienen la pobreza, el subdesarrollo y la degradación. Estas estructuras están edificadas y consolidadas por muchos actos concretos de egoísmo humano.