Observa cualquier comunidad de chimpancés en el zoológico y advertirás la existencia de un macho alfa, y que los demás adaptan su comportamiento al de él, a quien adulan e imitan, y con quien se empeñan en forjar lazos mas estrechos. Esta es la versión prehumana de la corte. Los seres humanos creamos una versión mas elaborada en las cortes aristocráticas, que datan de las civilizaciones mas antiguas. En la corte aristocrática, los miembros subordinados dependían del favor del rey o la reina para sobrevivir y prosperar, el objetivo del juego era estar mas cerca del hombre o la mujer en la cima sin enemistarse con los demás cortesanos, o conjurar contra el líder y deponerlo, lo cual era siempre una aventura riesgosa.
Hoy la corte se forma alrededor del ejecutivo de cine, el jefe de un departamento académico, el director general de una empresa, el jefe político, el dueño de una galería de arte o un critico o artista con poder cultural. En un grupo grande, habrá subcortes formadas en torno a sublíderes. Cuanto mas poderoso sea el líder, mayor será la importancia de dominar el juego. Quizás hoy los cortesanos luzcan diferentes, pero su conducta y estrategias son casi las mismas. Toma nota de esos patrones de comportamiento.
Primero, los cortesanos tienen que llamar la atención de los lideres y congraciarse con ellos de algún modo. La manera mas inmediata es a través de la adulación, ya que los lideres suelen tener un ego inmenso y ansiar que se valide su elevada opinión de si mismos. La adulación puede hacer maravillas, pero implica riesgos. Si es muy obvia, el adulador parecerá desesperado y delatará su estrategia. Los mejores cortesanos saben ajustar su adulación a las particulares inseguridades del líder y volverla menos evidente. Se limitan a adular en el líder cualidades que nadie mas se ha preocupado en notar, pero que requieren de validación extra. Si todos elogian la perspicacia del líder para los negocios, pero no su refinamiento cultural, apunta a esto último. Reflejar las ideas y valores del líder sin usar sus palabras exactas puede ser una forma muy efectiva de adulación indirecta.
Ten en mente que las formas aceptables de la adulación diferirán en cada corte. En Hollywood, tendrán que ser mas efusivas que en la academia o en Washington D.C. Adapta tu adulación al espíritu del grupo y vuélvela lo mas indirecta posible.
Por supuesto, siempre es prudente impresionar a los jefes con tu rendimiento y hacer que dependan de tu diligencia, pero evita llevar esto demasiado lejos; si sienten que eres demasiado bueno en lo que haces, podrían llegar a temer su dependencia de ti y cuestionar tu ambición. Haz que se sientan seguros de la superioridad que creen poseer.
Segundo, presta mucha atención a los demás cortesanos. Sobresalir demasiado, ser visto como muy brillante o simpático, despertara envidia y te harán pedazos. Pon de tu lado a tantos cortesanos como sea posible. Aprende a restar importancia a tus éxitos, a escuchar (o aparentarlo) con atención las ideas de los demás, dándoles estratégicamente crédito y elogios en reuniones, y poniendo atención en sus inseguridades. Si debes actuar contra ciertos cortesanos en particular, hazlo lo mas indirectamente que puedas, empéñate en aislarlos poco a poco y no parezcas nunca muy agresivo. Las cortes deben parecer siempre civilizadas. Toma conciencia de que los mejores cortesanos son actores consumados y de que su sonrisa y manifestación de lealtad significan muy poco. En la corte, no te servirá de nada ser ingenuo. Sin que seas paranoico, cuestiona los motivos de la gente.
Tercero, debes conocer los tipos de cortesanos que hallaras en la mayoría de las cortes y los peligros particulares que pueden representar. Un cortesano agresivo pero hábil y con escasa conciencia podría dominar pronto al grupo.
Ten en mente que es imposible eludir la dinámica de la corte. Fingir que estas por encima de los juegos políticos o de la necesidad de adular solo hará que les parezcas sospecho a los demás; a nadie le gusta la actitud. “Soy más angelical que tu”. Todo lo que conseguirás por tu “honestidad” será que se te magine. Es preferible que seas el cortesano consumado y obtenga algún placer de practicar la estrategia de la corte.