Es probable que, entre todas las organizaciones actuales, las escuelas sean las que mas se alejan de la autogestión. En casi todas partes las hemos transformado en frías fabricas que procesan estudiantes en lotes de 25 por clase, año tras año. Los niños son considerados esencialmente unidades intercambiables que deben encauzarse a través de un curricular predefinido. Al final del ciclo, aquellos que se adecuan al molde se gradúan y el resto se va descartando por el camino. Este Sistema parece considerar que el mayor aprendizaje se produce cuando los estudiantes se sientan durante horas frente a profesores que lo saben todo y que les llenan la cabeza de información. No se puede confiar en que los niños establezcan sus propios planes de aprendizaje o sus propias metas; eso ha se de ser tarea de los profesores. Pero en realidad tampoco se puede confiar en los profesores, que a su vez deben ser estrictamente vigilados por los directores, por los supervisores escolares y por las autoridades educativas, por comisiones expertas y por pruebas estandarizadas y programas escolares obligatorios que aseguran que al menos llevan a cabo aun trabajo medianamente decente.
Este Sistema tipo fabrica parece cada vez menos actual. Cada vez mas gente pide a gritos que se innove en educación y ya se esta experimentando con el currículo, con las tecnologías y con el gobierno en las escuelas. Pero, ¿ es posible construir una escuela verdaderamente teal? ¿Como seria? Encontramos un fabuloso ejemplo en el centro de Berlín, en Alemania. ESBZ es una escuela que imparte del 7° al 12° curso y que abrió sus puertas en 2007 con poco mas que improvisación. Solo tres meses antes del inicio del año escolar, el ayuntamiento había donado un decrepito edificio prefabricado de los tiempos del comunismo a un grupo de molestos padres que se negaban a renunciar a su sueño. Cuando comenzó el año escolar, solo había 16 estudiantes registrados. Algunos meses después, a mitad de año, se les unieron otros 30, en su mayoría marginados y problemáticos expulsados de otras escuelas. Un arranque poco prometedor para una nueva escuela. A pesar de ello hoy, pocos años después, la escuela cuenta con 500 estudiantes y atrae a cientos de directores, profesores y especialistas en educación de todo el país que quieren estudiar el modelo ESBZ.
El espíritu y motor de la escuela es Margret Rasfeld, antes profesora de ciencias y radical innovadora, que fue reclutada por los padres como directora desde la otra punta del país. La semilla de la escuela se sembró 20 años antes, en un evento que cambiara profundamente la opinión de Rasfeld sobre los niños y la educación. En 1986, algunos de sus estudiantes de 8° curso se le acercaron para hablarle de la violencia, el bullying y las extorsiones que tenían lugares en la escuela. Les propuso hablar de todo ello privadamente en su casa, si asi lo deseaban. Llegaron 16 estudiantes. Una semana después, llegaron 33. Los jóvenes se le acercaron en busca de respuestas: ella no las tenia, pero los guió para que ellos mismos las encontraran. En el proceso, descubrió una faceta de los niños que nunca había visto. Quedo maravillada con su Valentia, su persistencia, su resiliencia, su inteligencia y la compasión que encontraban dentro de ellos mismos y que la escuela jamas había aprovechado. Desde aquel momento, decidió que la educación debía hacer justiciar al verdadero potencial y a la verdadera naturaleza de los niños; no solo quería que sus mentes estuvieran involucrados, sino También sus manos, sus corazones, sus almas.
Volvamos al presente, al inicio de un día de escuela. Como visitante de ESBZ, ya en la Puerta de entrada es posible percibir que alli sucede algo diferente. Algo que tiene que ver con la presencia de los niños, con la forma en que caminan e interactúan. Los estudiantes no esperan en la Puerta hasta el ultimo minute para entrar; parecen felices de dirigirse directamente hacia sus clases. Tienen un aire de tranquila determinación y concentración, con la cabeza en algún Proyecto. No hay poses adolescentes ni competencia sobre quien es mas cool. En sus principios fundacionales, la escuela declara que todos los niños son únicos, que todos tienen talentos que aportar, que son valiosos, valorados y necesarios. La forma en que estos niños caminan hacia su escuela parece indicar que se trata de algo mas que simples palabras; los alumnos parecen encarnar los principios fundacionales de la escuela en sus cuerpos, posturas y actitudes.
¿Como se traducen estos principios en la escuela? En primer lugar, a los niños se les da toda responsabilidad de su aprendizaje. En gran medida, se enseñan a si mismos y a los demás. Los adultos son principalmente guías y coaches y solo actúan como profesores en un sentido tradicional cuando es necesario. Ofrecen apoyo, consejos, elogios, feedback y desafíos. La responsabilidad de aprender esta en manos de los estudiantes.