Como ya se mencionó, nuestros antepasados tenían un temor reflejo frente a cualquier persona ajena a su grupo. Este miedo se convierte con facilidad en odio. La base de este tumor quizás era real, pero la existencia de tribus rivales tenía también un efecto positivo: unía y fortalecía al grupo. Además, se ajustaba a la manera en que el cerebro humano procesa información, mediante pares binarios de opuestos: luz y oscuridad, bueno y malo, nosotros contra ellos. Hoy, en nuestro sofisticado mundo moderno, veras en continua ejecución esta dinámica tan antigua: todo grupo se concentrará en un odioso enemigo, real o imaginario, que contribuya a unir a la tribu. Como anoto Antón Chejov en una ocasión: “El amor, la amistad y el respeto no unen a la gente tanto como el odio común a algo”.
Desde tiempos inmemoriales, los lideres han explotado este reflejo contra el enemigo para obtener poder, usando la existencia del rival o enemigo para justificar cualquier cosa y distraer de sus propias deficiencias. El enemigo para justificar cualquier cosa y distraer de sus propias deficiencias. El enemigo será descrito como “amoral”, “irracional”, “indigno de confianza” o “agresivo”, lo que implica que “nuestro” grupo es lo contrario. A ningún bando le agrada admitir que no es puro en su ética, tiene intenciones agresivas o es dominado por la emoción; siempre es el otro bando. Al final, la necesidad de formar parte de la tribu y estar en contra del otro bando es mas importante que las diferencias reales, que tienden a exagerarse.
Examina el grupo al que perteneces y encontraras infaltablemente en el algún tipo de enemigo o espectro al cual oponerse. Lo que requieres es la capacidad de distanciarte de esta dinámica y ver al “enemigo” como es, sin distorsiones. No exhibas abiertamente tu escepticismo, pues se te vería como desleal. En cambio, mantén abierta tu mente para que resistas esa fuerza descendente y las exageraciones que se desprenden de esas emociones tribales. Lleva esto un paso más lejos y aprende del enemigo, adaptando algunas de sus estrategias superiores.