Demos gracias a Dios por las pequeñas bendiciones. A diferencia de los jefes dioses, maquiavélicos, masoquistas, sádicos, paranoicos y colegas, el jefe-i es simplemente un mutante del viaje evolutivo de las especies que no se entera de nada. El carro del desarrollo humano tropezó con un bache en un momento determinado y el jefe-i se quedo sentado en medio del camino, envuelto por una nube de polvo y frotándose el chichón. Después entro casualmente en una oficina cercana y en poco tiempo estaba ya dirigiéndola. Bien venido al mundo idiota.
Aunque habrá referencias ocasionales a los diversos tipos de jefe, el resto de este libro es en su mayor parte una guía hacia la comprensión de los jefes-i, pues existen en abundancia. La buena noticia es que lo mas probable es que tu jefe-i no se considere Dios y sea lo bastante astuto como para abrirse quirúrgicamente camino hacia la cima, mutilándose o desangrándose sobre tu mesa, provoque heridas que te dejen desangrándose sobre la mesa, vea gotas de sangre en la alfombra y piense que sirven para marcarles el camino a los ninjas para que entren furtivamente y ataquen cuando el no este mirando, o enchufen su cordón umbilical a tu pila de combustible y empiecen a vivir de tu energía.
El segundo paso
“Me di cuenta de que el desafío de un jefe idiota era demasiado grande para gestionarlo por mi mismo y que necesitaba un poder superior a todos los jefes idiotas juntos para no volverme loco”.
Creo que Dios ama a los jefe-i tanto como al resto de los mortales. De no ser así, ¿Por qué habría tantos? Están aquí para poner a prueba nuestra fe, garantizar nuestra cordura y enseñarnos técnicas de supervivencia. Así que ya ves, al final todo tiene su razón de ser. De no ser por los idiotas pensaríamos que podemos controlar sin problemas el mundo que nos rodea. Nuestra salud mental depende de cuan sincera y complemente entréguenos nuestros jefes-i al cuidado omnisciente, omnipresente y omnipotente de Dios, tal como todos nosotros lo entendemos.
Los jefes idiotas nos ayudan a seguir siendo honestos. De no tenerlos, ¿Cómo podrían enriquecer nuestra vida? Tal como dice la canción country: “Nunca podre decirte lo mucho que te extraño si antes no te vas”. Siéntete agradecido con tu jefe-i. De entre todos los tipos de jefe que existen, el jefe-i es probablemente aquel con quien resulta más fácil trabajar y el que menos amenazas supone para tu salud. Un recordatorio, sin embargo: antes de empezar a aplicar los métodos y técnicas de intervención para un jefe-i, asegúrate de que tu jefe es realmente un jefe-i.
Intentar aplicar soluciones para un jefe-i con otros tipos de jefe es como intentar abrir una aplicación multiplataforma con un software incompatible. En el mejor de los casos fallara el sistema. En el peor podría desencadenar una reacción intermolecular que provoque la implosión del planeta y cree un agujero negro que absorba toda la materia conocida de nuestra galaxia y la lleve a la inexistencia, dejando única y exclusivamente a los jefes idiotas como responsables del tema hasta que se produzca el siguiente Big Bang.
No todos los jefes son idiotas ni todos los idiotas son jefes. Lo mejor que puedes hacer es estar preparado para afrontar tu que sea que se cruce en tu camino. Que sea lo que Dios quiera. Pero recuerda siempre que eres los brazos y las piernas de Dios. Cuando El te los pida prestados, dáselos.