De la Autocritica a La Autocomprensión

Aunque suene sincero y natural, muchas veces no resulta tan sencillo saber autoanalizarse, verse desde el balcón, escucharse con empatía y sacar a la luz nuestras propias necesidades latentes. El viaje desde la autocrítica a la autocomprensión exige un trabajo duro y continuado.

Retomando el ejemplo que puse antes de mi cliente Abilio Diniz, incluso una vez que puso al descubierto su más profunda necesidad-la libertad- le salieron al paso numerosas dificultades internas. Poco después de nuestra conversación. Abilio concedió una extensa entrevista a una revista en la que resaltaba que había dejado atrás la batalla con su antiguo socio para vivir su vida. Sin embargo, en la introducción a la entrevista, el periodista resaltaba que durante la conversación Abilio había mencionado el nombre de su adversario treinta y ocho veces, lo cual difícilmente indicaba que estuviese alejándose de él. A la semana siguiente Abilio se encontraba en una reunión con el consejo de su empresa y, pese a su manifiesta intención de mantener la calma, se sintió provocado y califico repetidas veces de cobardes a sus contrincantes. Por más que lo intentaba, le resultaba difícil mantenerse en el balcón.

La siguiente vez que hable con Abilio, que se había convertido en un amigo durante el proceso de nuestra colaboración, me dijo: <<La verdad es que continúo estando furioso. ¿Qué puedo hacer? No se lo quiero en realidad. Unas veces es dar por terminado la disputa y otras seguir con la pelea. Puede que de todas formas no tenga más opción que continuar peleando. Quizá debería disfrutar con ello>>.

El proceso de obtener el si consigo mismo puede ser tan dificultoso como lo era para Abilio. En las situaciones problemáticas con las que nos enfrentamos en el trabajo, en casa o en el ancho mundo, es habitual sentirse desgarrado e indeciso, y es fácil perder el control. Por eso es tan importante la valiente práctica de saber analizarse a uno mismo. Abilio insistió. Mantuvo largas conversaciones íntimas con su mujer y su familia. Iba todas las semanas a ver a un terapeuta para sacar a la luz sus sentimientos más profundos. Hablaba conmigo. Luchaba contra su temperamento; y con dedicación y disciplina aprendió a pasar más tiempo en el balcón. Al entenderse y aceptarse a sí mismo tal como era, se convirtió en su propio aliado en lugar de ser su peor contrincante.

Por más complicado que fuese para Abilio comprometerse con la tarea psicológica de descifrar lo que de verdad quería para luego alcanzar un acuerdo consigo mismo, al final la recompensa fue mucho mayor: recupero su vida. Incluso antes de reunirnos con su contrincante en la mesa de negociación, Abilio tomo medidas concretas para lograr su libertad. Se hizo presidente del consejo de administración de otra empresa importante y busco una nueva oficina fuera de la sede central de la anterior, se tomó unas prolongadas vacaciones con su familia y empezó a explorar nuevas oportunidades de negocio. En otras palabras, les dijo si a sus necesidades. Después de decir si a si mismo, abrió la posibilidad de acercarse a su contrincante para una autentica negociación en la que ninguna de las partes iba a perder. Y resulto determinante, como veremos más adelante en este libro.

Como sugiere esta historia, saber analizarse a uno mismo ayuda a convertirse en amigo en lugar de ser un contrincante cuando se trata de negociar con otros. No solo ayuda a entenderse a si mismo sino a aceptarse. Si la autocrítica es un no al yo, la autoaceptación es un si, quizá el mayor regalo que aceptarse como es disminuirá las motivaciones para llevar a cabo cambios positivos, pero he descubierto que ocurre exactamente lo contrario. La aceptación puede crear una sensación de seguridad gracias a la cual podremos enfrentarnos más fácilmente a un problema y solucionarlo.

Como observo en cierta ocasión Carl Rogers, uno de los fundadores de la psicología humanista, <<la curiosa paradoja es que cuando me acepto a mí mismo justo como soy es cuando puedo cambiar>>.

Ahora que sabe analizarse y que ha sacado a la luz sus necesidades, lo lógico es preguntar: ¿dónde puede encontrar el poder para satisfacer sus necesidades? Este es el siguiente reto para obtener el si consigo mismo.

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